xoves, 8 de novembro de 2012

El Premio Nacional de Poesía recae en Antonio Carvajal


El poeta granadino Antonio Carvajal fue galardonado ayer miércoles con el Premio nacional de Poesía 2012, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte por su obra Un girasol Flotante.





El Premio nacional de Poesía tiene por objeto distinguir la obra de un autor español, escrita en cualquiera de las lenguas oficiales del estado y publicada un año antes que, según el jurado, haya resultado sobresaliente dentro de la creación poética.

Antonio Carvajal (Arbolote [Granada], 1943) es doctor en Filología Románica y miembro de la Academia de las Buenas Letras de Granada. Pertenece a la Generación del 70 y cuenta con numerosos premios a su obra, entre los que podemos destacar el Premio Andalucía de la Crítica, El Premio de la Crítica, el Premio Villa de Madrid, o el Francisco de Quevedo. Actualmente, está considerado uno de los grandes nombres de la poesía actual y es autor de una extensa obra entre la que destacaremos Tigres en el jardín (1968), Serenata y navaja (1973), Después que me miraste (1984), Los pasos evocados (2004), Pequeña patria huida (2011) o la galardonada Un girasol Flotante (2011).

Os invito a que conozcáis la obra de Carvajal con la lectura de un poema. Pero antes, no me resisto a daros unas instrucciones para su lectura:

Levantaos de dondequiera que estéis sentados y leed en voz alta: la palabra entra por los oídos. Primer cuarteto: leed el primer verso en un susurro; el segundo, cortante; el tercero, calmado; el cuarto, irónico. Segundo cuarteto: el quinto verso, en una queja; el sexto, sosegado de eses que susurran; el séptimo, en dos partes que conducen al octavo fatigado. Primer terceto: noveno verso, leedlo con displicencia; el décimo, con arrogancia; el undécimo, con jactancia. Y, por fin, el segundo terceto: versos duodécimo, decimotercero y decimocuarto: "allegro, ma non troppo".




A veces el amor tiene caricias...

A veces el amor tiene caricias
frías, como navajas de barbero.
Cierras los ojos. Das tu cuello entero
a un peligroso filo de delicias.

Otras veces se clava como aguja
irisada de sedas en el raso
del bastidor: raso del lento ocaso
donde un cisne precoz se somorguja.

En general, adopta una manera
belicosa, de horcas y cuchillos,
de lanza en ristre o de falcón en mano.

Pero es lo más frecuente que te hiera
con ojos tan serenos y sencillos
como un arroyo fresco en el verano.









Espero que hayáis disfrutado, poetas. Si queréis leer más poemas de Antonio Carvajal, pulsad aquí.



Yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen-yo leo-tú lees-él lee-nosotros leemos-vosotros leéis-ellos leen...







1 comentario:

  1. ¡Qué preciosa manera de leer un poema! La voy a practicar en mi rincón de la biblioteca.
    Socas

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