martes, 8 de xaneiro de 2013

MISIÓN OLVIDO



Misión olvido de María Dueñas es la novela que me ha entretenido durante estas Navidades. Y sí. Me ha gustado mucho. Más que la trama relativa a la protagonista, Blanca, una profesora universitaria que decide huir de su realidad, tras un revés sentimental, me interesan tres aspectos.
El primero, las referencias a la historia de las misiones españolas en California. El segundo, la vida de Andrés Fontana en el Madrid de preguerra. El tercero, la descripción de la Cartagena en los años 60 y su relación con la base naval americana.
Para poner orden en su vida, Blanca precisamente debe poner orden en un caos de papeles que dormitan en el sótano de una facultad de lenguas modernas cercana a San Francisco. Esos papeles nos conducirán a la peripecia del otro gran protagonista, Andrés, de quien seguimos su trayectoria que incluye, gracias a su amadrinamiento por parte de una rica excéntrica, muy al estilo del Pip de Grandes Esperanzas de Dickens, sus andanzas por la recién inaugurada facultad de Filosofía y Letras de la Ciudad Universitaria madrileña. Hasta que, exiliado casualmente en Estados Unidos en vísperas de la Guerra Civil, se deja fascinar en el ocaso de su tarea investigadora por esa historia tan desconocida de las misiones franciscanas. No sé si el desenlace de la novela, que por supuesto no voy a desvelar aquí, está documentado, pero sí recomiendo a todos que, tras leerla se dejen seducir por esa gran gesta de los misioneros en la Alta California. Tras años de injusto abandono El Camino Real está siendo valorado por los estadounidenses como parte de su historia, y es reconfortante ver cómo nuestros antepasados contribuyeron a ella. Cuando la peripecia de Fontana se prolonga en la de su discípulo americano, Daniel Carter, quien será el que haga el camino de vuelta a la madre patria, vuelvo a disfrutar con sus recorridos por el barrio de Argüelles de mi infancia. Sin embargo, esperaba más de la posibilidad que abría el tema de la tesis de Carter, la obra de Ramón J. Sénder, novelista aragonés prohibido en la dictadura, también exiliado en California, (cuya relación con la escritora Carmen Laforet podemos seguir en la documentadísima biografía de Anna Caballé e Israel Rolón: Una mujer en fuga). Este escritor sólo sirve de excusa para el viaje de Daniel a Cartagena, donde se nos brinda una deliciosa historia de amor que parece sacada del cine americano. Este personaje deja de interesarme cuando, ya feliz, regresa a su patria. Su particular descenso a los infiernos lleno de dudas y dolor, no me convence, ni cómo enlaza con la tarea y el destino de Blanca, ambos encargados de hacer respetar el legado del viejo maestro.

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